El pasado martes de madrugada, James Lee Shaw, paciente interno de la Clínica Bethany, escapó de las instalaciones de dicho hospital tras sedar y maniatar a dos de los vigilantes encargados de velar por la seguridad del edificio en el turno de noche.
Se cree que el interno aprovechó la circunstancia de que uno de los vigilantes, Marcos Reina, celebraba su cumpleaños, para mezclar somníferos en la botella de champán que Reina y su compañero habían descorchado en el cuarto de videovigilancia a eso de las doce de la noche. Se desconoce cómo pudo tener acceso el paciente al cuarto donde se desarrollaba la celebración, pero se sospecha que la botella pudo ser un regalo que él mismo ofreció a Reina, aunque este lo ha negado en todo momento.
Shaw, de treinta y un años de edad y aquejado de un severo trastorno de personalidad, salió del edificio por la puerta principal y se dirigió sin titubear al aparcamiento privado de la clínica, donde una cápsula le esperaba con un ocupante en su interior, tal y como quedó registrado en las grabaciones de las microcámaras de vigilancia de las instalaciones.
Fueron precisamente dichas cámaras las que automáticamente alertaron a la policía de la fuga que acababa de producirse. El seguimiento del vehículo de Shaw fue realizado por cámaras flotantes, gracias a las cuales pudo saberse su trayectoria. La cápsula se introdujo por la boca de metro de Marina del Rey y, deslizándose peligrosamente por los túneles subterráneos, siguió el trazado de la línea hasta Manchester Square, donde sus dos ocupantes dejaron abandonado el vehículo.
A partir de ese instante, la policía desconoce los movimientos del paciente fugado, que en todo momento estuvo asistido por un cómplice del exterior de la clínica cuya identidad se desconoce. Algunos testigos afirman haber visto al fugitivo en la estación de metro de Fox Hills, y posteriormente en la de Robertson, donde se habría apeado para cambiar de dirección. Una cámara de vigilancia lo sitúa en la estación de Silver Lake a las 4:29 de la madrugada.
La policía ha emitido una orden de búsqueda y captura para localizar a Shaw, que ha sido calificado por los portavoces de la clínica como «un sujeto muy agresivo e impredecible que sufre brotes psicóticos violentos durante los cuales su comportamiento se vuelve extremadamente peligroso». Los familiares de Shaw afirman que, hasta el momento, no ha intentado ponerse en contacto con ellos, y su portavoz oficial, Henry Shaw, hermano del fugitivo, ha hecho un llamamiento a la ciudadanía para que colaboren en su búsqueda a fin de evitar «que se haga daño a sí mismo o a los demás».