Es la primera vez que entro en el archifamoso Palacio de Sweet Pink en Los Ángeles, y tengo que admitir que estoy impresionado. La combinación de tecnología de última generación y ambiente zen armoniza a la perfección con la sofisticada elegancia de la compañía y de su presidenta, la mítica Juliette Barnes.

Juliette me está esperando en el jardín de rocas del tercer piso de Palacio. Llego jadeando, temeroso de haber infringido una de las máximas de esta formidable mujer, que es la puntualidad. Pero J. B. me sonríe y me invita a una copa de agua lunar aromatizada con albahaca  y pimienta. Una mezcla sorprendente… y estimulante al mismo tiempo.

S. S. Se ha dicho de usted que es la mujer más poderosa de la Tierra. ¿Está de acuerdo?

J. B. Nunca me he parado a reflexionar sobre ello, y francamente no tengo una respuesta. Para mí, el verdadero poder es el que uno ejerce sobre sí mismo. Y en ese aspecto, no tengo reparos en admitir que sí, me considero poderosa.

S. S. Poderosa, innovadora… y también polémica. Desde que asumió la presidencia de Sweet Pink, su firma ha conseguido encaramarse al ranking de las cinco empresas mundiales con mayor volumen de negocio… pero hay quienes cuestionan los métodos empleados.

J. B. Sí; quienes los cuestionan son, lógicamente, nuestros competidores (Risas). Esto es normal para cualquier compañía que haya experimentado un crecimiento tan espectacular como la nuestra en los últimos diez años. La competencia no sabe qué hacer e intenta desprestigiarnos con acusaciones absurdas y escandalosas sobre las condiciones de trabajo en nuestras plantas o la fiabilidad de nuestros productos. Es juego sucio, pero lo único que refleja es la desesperación de nuestros competidores.

S. S. Entonces, ¿no hay nada de cierto en esas acusaciones que se han vertido recientemente en la web clandestina?

J. B. Absolutamente nada, todo es falso. Cualquiera con un mínimo de objetividad se daría cuenta. Como usted sabe, las acusaciones partieron del blog de una adolescente que afirmaba estar en posesión de información sensible de la compañía. Vamos a ver, ¿en serio alguien puede creerse eso? ¿Alguien puede pensar que, con la tecnología de la que disponemos actualmente, una compañía con el volumen de negocio de Sweet Pink iba a permitir filtraciones de estas características? Es todo un montaje, un montaje de lo más burdo. La justicia lo está investigando, y espero que pronto podamos saber con certeza quién está detrás de esta operación.

S. S. ¿Apunta usted a alguien?

J. B. (Pausa breve antes de contestar) Tengo mis sospechas, pero sería prematuro expresarlas públicamente. Hay que dejar que la justicia haga su trabajo, sin interferencias. Debemos confiar en las instituciones y en la labor que realizan.

S. S. Cambiando de asunto, esta misma semana se ha presentado la colección de alta costura de la firma para el próximo otoño/invierno. El fichaje de Eliza Huxley como diseñadora estrella de la colección no ha dejado indiferente a nadie. ¿Qué destacaría Juliette Barnes en el trabajo de esta diseñadora?

J. B. Eliza Huxley es sinónimo de riesgo, de pasión. Su colección me enamoró desde el momento en que vi los primeros diseños. Ha supuesto un reto llevar a fabricación algunas de sus propuestas, precisamente porque son revolucionarias. Pero esa ha sido siempre una de las señas de identidad de Sweet Pink: la innovación. Huxley encaja perfectamente en nuestra filosofía de trabajo.

S. S. Si tuviera que destacar una sola prenda o accesorio de la nueva colección, ¿por cuál se decantaría?

J. B. ¿Una sola? Eso es demasiado difícil (Risas). Pero en fin, si tengo que elegir, yo me quedaría con el trench en rosa sucio con botones de plata y bordados interactivos con efectos sinestésicos. Es una delicia. Cuando tocas los bordados de los bolsillos, literalmente «ves» un caleidoscopio de formas y colores. Adictivo, en el buen sentido de la palabra. Yo tengo uno y me resulta muy relajante salir a la calle con él después de una jornada agotadora de trabajo.

S. S. Para terminar, voy a pedirle un consejo de estilo para nuestras lectoras. En su opinión, ¿qué tres prendas no deben faltar en el fondo de armario de una mujer de hoy?

J. B. El bolso inteligente, un little pink dress y un confortable abrigo con sistemas calefactores de última generación… El estilo no tiene por qué estar reñido con la comodidad.